Fabio Capello, el renombrado exentrenador, afirmó contundentemente que los títulos de la Serie A revocados a la Juventus eran injustos, alegando que se ganaron legítimamente. Recordó que nueve jugadores de la Juventus representaron a Italia en la final del Mundial de 2006, destacando la superioridad del equipo durante ese período. Estos comentarios se hicieron mientras Capello se preparaba para su papel de embajador en los Laureus World Sports Awards programados para el 21 de abril en el Palacio de Cibeles en Madrid.
En una entrevista con el periódico español El Mundo, Capello reflexionó sobre su carrera y expresó que incluso después de retirarse en 2018, su pasión por el fútbol permanece inquebrantable. Señaló: “El fútbol me surge naturalmente, aunque intento involucrarme en otras actividades como viajar y la historia”. Contrastó sus ocupaciones actuales más relajadas con sus veranos anteriores, admitiendo que todavía encuentra pocas desviaciones del deporte. “En última instancia, soy lo que soy, un futbolista y un entrenador. No puedo escapar de eso.”
Capello también rememoró sus dos etapas con el Real Madrid en las temporadas 1996/97 y 2006/07, cada una culminando en títulos de liga. Explicó sus razones para irse la primera vez para regresar al AC Milan tras una llamada de Silvio Berlusconi. Capello explicó: “Se lo debía por la confianza que depositó en mí al inicio de mi carrera como técnico.” Su regreso a Madrid lo vio ganar otro título a pesar de enfrentar desafíos, incluido una relación tumultuosa con el presidente Ramón Calderón. Enfatizó que el respeto es la piedra angular de su filosofía de entrenamiento, afirmando: “El respeto viene primero. Todos tenemos nuestros problemas, pero el respeto por todos en el club es fundamental.”
Al abordar incidentes durante su mandato, Capello recordó un conflicto con los jugadores Predrag Mijatović y Davor Šuker. Inicialmente había prohibido el vino durante las comidas del equipo, lo que provocó desacuerdos, pero se llegó a un compromiso permitiendo pequeñas cervezas. Surgieron preocupaciones cuando descubrió que los jugadores habían salido tarde durante una fase crítica de la temporada. Reunió al equipo para confrontar el problema, expresando su decepción y anunciando que algunos jugadores no podrían permanecer en el club bajo tales circunstancias.
Capello discutió además las quejas de Raúl sobre no recibir el balón de sus compañeros, inicialmente desestimándolo como trivial hasta que examinó las grabaciones de los partidos. Al confirmar las afirmaciones de Raúl, amenazó a los jugadores implicados con tiempo en el banquillo, lo que resolvió la situación.
Reflexionando sobre su adquisición de Roberto Carlos del Inter, Capello compartió su incredulidad ante la transferencia, declarando: “No podía comprender que alguien fuera tan imprudente como para desprenderse de un jugador así.” Rápidamente organizó la transferencia, entendiendo su importancia a un precio de ganga, lo cual consideró como un momento crucial que podría alterar una carrera.
También habló sobre la dinámica de su equipo durante la remontada del Tamarazo, argumentando que el equipo ya no era el de los Galácticos del pasado, con jugadores clave como Zinedine Zidane y Luis Figo ausentes. En su lugar, el equipo se apoyó en jugadores más nuevos como David Beckham, a quien finalmente decidió incluir en los partidos a pesar de las reservas iniciales de los directivos del club.
Capello sorprendió a muchos al despedir a Ronaldo, a pesar de considerarlo uno de los mayores talentos que había entrenado. Explicó que la reticencia de Ronaldo a mantener la forma física y consideraciones de estilo de vida llevaron finalmente a su salida del club. Capello reconoció que de no haber sido por las lesiones y elecciones personales, Ronaldo podría haber rivalizado con figuras como Messi y Maradona.
A través de estas perspectivas, Capello no solo destaca su rica experiencia en el fútbol, sino que también elucida las lecciones que aprendió mientras dirigía a algunos de los mayores talentos del juego.